Cuando hablamos de marketing deportivo, siempre hablamos de conceptos como “un consumidor que ama lo que desea adquirir” haciendo referencia específica a uno de los principales diferenciadores que casi, casi, por naturaleza, las marcas deportivas tienen.
Este valor, es ser una “LOVEMARK“, es decir una marca amada y respetada por cierto grupo de consumidores, que en nuestro caso, son los aficionados. Por lo tanto, se concluye inherentemente, que al aficionado hay que tratarlo con prioridad, ya que es el cliente y busca la mejor experiencia posible con su entidad deportiva (ya sea un club, torneo, atleta, etc)
Cuando trasladamos esto al Marketing Digital, pareciera que el mundo es sencillo: el amor y la pasión del fan llevará tráfico a un sitio web, los Pages de Facebook y Google+ crecerán a ritmo acelerado, en twitter se tendrán muchos followers, habrá base de datos para Email Marketing, muchas reproducciones a los videos de YouTube y Vimeo, muchos escuchas para los podcasts o los clips en SoundCloud. Todo eso está muy bien, pero debe estar siempre sostenido con una estrategia de Alto Valor para la marca que terminé generando mucha empatía con el fan, pero que también permita fortalecer un vínculo emocional entre las marcas patrocinadoras y los mismos aficionados.
No olvidemos que en el deporte, un Patrocinador permite “que el evento suceda”. Es decir, sin patrocinadores, un equipo dificilmente salta a la cancha, un jugador no percibe bien su salario, y una Entidad no es viable sin recursos. Por lo tanto, una correcta estrategia de Marketing Digital permite, acrecentar el valor de la Entidad Deportiva, haciéndola más atractiva a los patrocinadores que pueden usar esas nueva líneas de interacción para acercarse al fan y brindarle más beneficios y una mejor experiencia alrededor de los colores que ama.
Antes de entrar en detalles sobre cómo generar estas estrategias (que veremos en otras publicaciones más adelante), debemos entender estas nuevas inercias donde incluso se tiene que entender claramente que habrá mucho contenido que generar y compartir para que la comunidad alrededor de la marca use a mejor conveniencia. Este es un tema que aún no se entiende del todo, especialmente en términos de uso y derechos de marca, pero que se está rompiendo porque hoy se busca estar donde la audiencia está, al revés de lo que sucedió en los 90’s y principios de siglo: mover a la audiencia hacia sitios web (tráfico).
Hoy, los aficionados razonan los contenidos que quieren recibir, tienen nuevos hábitos de consumo, pasan mucho tiempo en redes sociales, buscando videos, y es ahí donde las marcas tienen que estar presentes. La experiencia actual es que con las licencias Creative Commons (como la que usa la Presidencia de la República Mexicana), dando opciones para estar en algún punto entre el Copyleft y el Copyright pueden permitir que seamos más generosos con el consumidor del deporte. Ya las épocas del control total e irrestricto se han ido, para dar paso a una “democratización” de los contenidos. Hemos pasado del “Todos los Derechos Reservados” al “Algunos Derechos Reservados”
Con todas estas variables, podemos empezar a bosquejar un poco lo siguiente: ¿qué estrategia voy a seguir? ¿Qué herramientas de MKT Digital voy a usar? ¿Blogs? ¿Twitter? ¿Facebook? ¿Google+? ¿YouTube? ¿Vimeo? ¿Soundcloud? ¿Email Marketing? ¿Un sitio web? ¿Qué quiero compartir? ¿Cómo podrán integrarse las marcas patrocinadoras? ¿Qué métricas voy a monitorear para obtener resultados? en este primer análisis reflexivo se puede fincar el éxito o no, de una estrategia que realmente impacte donde tiene que hacerlo y permita generar valor agregado.