Con este período de fichajes abierto ya en todo el mundo, vemos como cada vez surgen rumores y más rumores sobre la transacción o cesión de jugadores de un equipo a otro.
Este tema es un tanto complejo y quizá con un número de variables tan complejo que hay que dominar a la hora de sentarse en una mesa de negociación. Toco este tema porque leí hace algunas semanas, un artículo bastante interesante sobre como definir la contratación de la materia prima del juego: los jugadores.
En efecto, parece ser que la elección de los actores del juego está condicionada a diversos factores en la actualidad, y a nivel mundial nos da la impresión que muchas de esas contrataciones van motivadas por generar imagen o marketing, que enfocadas a generar soluciones en el campo.
Así las cosas, me llamó mucho la atención los conceptos de ciertos personajes que, involucrados en ligas profesionales, empiezan a manejar conceptos que comparto, especialmente por lo que vivimos en el fútbol mexicano. Veamos algunos extractos para comentar:
Aunque en el terreno de juego se piden responsabilidades, en los vestuarios las cosas cambian. ROBERT CASTELLINI, consejero delegado del equipo de la MLB (béisbol) CINCINNATI REDS, se sorprende por la falta de un sistema de evaluación a la hora de fichar un jugador, similar al que se puede encontrar en el mundo empresarial más tradicional. “Cuando hace unos años aterrice en la franquicia, el equipo ocupaba el penúltimo puesto entre los 30 del holding.. En cuanto al desempeño de los de jugadores; nadie era señalado como responsable del fracaso. Pero el salario nunca se alteró. El trabajo en equipo no funcionaba. Faltaba liderazgo. Los deportistas se limitaban a cobrar de acuerdo con sus contratos. Era la consecuencia de una falta de planificación a largo plazo y huérfana de una gerencia de campo con liderazgo de equipo”.
Algo que nos suena bastante conocido en México y Latinoamérica, donde la planificación estratégica está lejos de ser una cotidianidad. Y el resultado es contundente: falta de liderazgo, falta de responsabilidad, falta de equipo, en fin, falta de resultados.
Y para continuar con esta cadena de afirmaciones leemos otra frase:
“La presión es constante y eres observado en todo momento tanto por los seguidores del equipo como por los medios locales. Para responder en el ahora a esta exigencia, se suelen adoptar decisiones a corto plazo que podrían ser contraproducentes a largo plazo”.
Queda claro que esta situación la suelen tener equipos catalogados como grandes, pero también equipos regionales con afición demasiado pasional que suelen seguir en todo momento al equipo, propiciando un acercamiento y seguimiento excesivo de los medios, provocando “nerviosismo” en la dirigencia de los clubes, cayendo en la toma de decisiones drásticas, errónea, o bien, desechando planificaciones realizadas anteriormente por tratar de cambiar rápidamente una tendencia negativa ante medios y aficionados.
Con todas estas cosas, el articulo cita lo siguiente:
El empresario propietario de las EAGLES (NFL) ANDY REID, aporta “que los seguidores quieren que ganes, pero no puedes inscribirte en un concurso de popularidad o todos los años acabarás en la última posición. Las mejores decisiones son aquellas menos populares entre los FANS. El consumidor del espectáculo quiere modelos mediáticos, pero la empresa responsable deberá inclinarse por líderes que ayuden a la UNIDAD DE GRUPO para que el EQUIPO DE CAMPO pueda desarrollar un trabajo que mezcle el pensamiento estratégico con el táctico. Un buen equipo de trabajo en los estadios no es para un día ni para una temporada. Es a largo plazo y en concordancia con los objetivos económicos, administrativos, deportivos y sociales de la empresa deportiva”.
Sin duda alguna, esta cita engloba muchas cosas, muchas realidades, pero sobre todo, mucho trabajo, ya que algo que pareciera tan sencillo, resulta complejo traducirlo a la realidad y empezar a ajustar el entorno en que un club está viviendo y tener que soportar la presión mediática y de los aficionados ante decisiones que pudieran ser impopulares de entrada, pero que debieran reflejarse en una mejora del equipo, y una consolidación a largo plazo que le traerá beneficios de toda índole al Club y especialmente a los aficionados.
En lo personal, he señalado en diversas ocasiones que todas las contrataciones de los actores del juego, es decir, futbolistas e incluso entrenadores, deben ir alineados a la esencia de cada equipo, a su historia, a su tradición, a aquello que los identifica con los aficionados, jugadores alineados a la mística del equipo. El margen de error es menor cuando se tiene muy claro que perfil y que características buscas contratar. Antes, hay que definirlas y actuar en consecuencia.