Javier “Chicharito” Hernández es una de las figuras futbolísticas más reconocidas de México. Su electrizante paso por el fútbol mexicano, su inusual e inesperado traspaso al Manchester United supuso el nacimiento de una nueva estrella.
Y no hay que hablar de su temporada debut, tanto en Selección Mexicana como en el equipo rojo… deportivamente un éxito, y por ende, en lo comercial. Una marca no puede negar lo interesante que es relacionarse con una marca-deporte como Javier Hernandez. El delantero mexicano rinde en el campo, tiene carisma, simpatía, no se ha envuelto en ningún escándalo mediático y su correcta forma de actuar genera pasiones entre quienes le defienden y entre quienes se han convertido en detractores “de facto”.
Sin embargo, nadie puede negar que está en esa cúspide que propicia el buen desempeño deportivo, diversas marcas han asociado su nombre con el “Chicharito” como es el caso de Banamex y Coca-Cola Zero. Obviamente no es un tema menor y debe ser un jugoso contrato anual por cada marca. Es momento de cosechar lo que sembró el jugador, pero al mismo tiempo seguir sembrando para seguir cosechando en el futuro.
¿A cuánto asciende ese valor comercial o contractual para asociar una marca con Javier Hernández? Es un tema delicado y que solo los involucrados deben saber, pero hagamos un ejercicio ¿Cuánto estarías dispuesto a pagar por relacionar la imagen de un deportista con buena imagen, con una percepción de responsable, preparado y sencillo, sin decir que está en un equipo de élite y que competirá en las principales competencias mundiales? ¿Qué atributos tiene Javier Hernández además de los ya mencionados? ¿Qué tan importantes son estos valores para que una marca busque esa vinculación? ¿Qué tan complejo es encontrar en una figura deportiva ese tipo de valores conjugados?
La respuesta a las anteriores preguntas nos puede hablar, al menos de una forma aproximada de todo lo que puede representar Javier Hernández en el plano comercial. ¿Cuánto vale todo eso? Pongan el número que gusten, al final, es un valor fijado por la marca y que el jugador quiera aceptar, sin embargo, lo relevante está en lo que juntos puedan hacer y crear. Pregunten a Coca-Cola Zero.